Idas al baño a último momento, no quieren salir de casa, o la infaltable frase: ¡se me quedó mi juguete favorito!. Los que son padres, saben todo el trabajo que conlleva subir a los niños al auto. Cualquiera que no lo es, podría pensar qué es cosa de un minuto poner a los más pequeños en una silla infantil. Pero no.
Un estudio de la marca de autos Seat reveló cuántas horas gastan los padres en el difícil reto de lograr que los niños, al fin, suban al auto. Nada más ni nada menos que 96 horas, algo así como cuatro días al año.


Tarde una vez más
Los resultados de la investigación realizada en España, Alemania y Reino Unido, arrojaron que en cuanto al tiempo, los progenitores deben alargar sus rutinas una media de 20 minutos para contrarrestar las demoras provocadas por sus hijos.
Es algo común en los tres países de la encuesta. Aunque hay un 10% de españoles y un 6% de alemanes que aseguran que deben agregar al menos 40 minutos de margen por si el momento de entrar en el auto demora más de lo esperado.


El tiempo que se pierde en este proceso diario hace que padres y madres a veces lleguen tarde al trabajo. En España es donde más ocurre esto: más de la mitad de los progenitores (55%) se retrasa en su llegada a la oficina (al menos una vez a la semana). De estos, en el 45% de los casos la frecuencia de retrasos es de más de uno por semana y un 21% reconoce que se demora todos los días.
Del total, solo el 19% de los encuestados nunca llega tarde. En cuanto a los británicos, un tercio de los británicos admite que se atrasa en su llegada al trabajo al menos una vez por semana.
El panorama en Alemania es un poco más alentador. Donde un 41% de los padres asegura que nunca se retrasa y solo un 23% reconoce llegar tarde al trabajo una vez a la semana por lo menos.


El momento más temido por los padres
Los tres países coinciden en que lo que más tiempo les quita es lograr que los niños se pongan los zapatos y el abrigo para salir. Además, el momento de colocarlos en el asiento y abrochar los cinturones de seguridad.
Pero definitivamente, cuando llega el momento de subir a los niños, es el momento menos deseado por los padres. El 70% de los progenitores españoles teme esta rutina, un 15% de ellos en gran medida. En Alemania desciende al 58% y solo un 4 % manifiesta temor intenso.
Más de la mitad de los padres españoles confiesa que a veces dice garabatos mientras realiza la tarea, y un 15% lo hace a menudo. Por su parte, solo a un 42% de los alemanes se les escapan palabrotas de vez en cuando en este momento.
Si nos referimos a la edad más complicada para realizar esta rutina, un 41% lega a la misma conclusión: pequeños de entre dos y tres años. ¡No por nada esta etapa es conocida como los terribles 2!.


Técnicas para facilitar esta tarea
Para conseguir que el proceso de entrar en el auto sea lo más corto y rápido posible, muchos padres y madres utilizan el infaltable truco de los incentivos.
Escuchar su música favorita, prometer algo al llegar al destino, dejarles el tablet para que vean sus programas preferidos u ofrecerles dulces están entre las técnicas más usadas.
Tres cuartos de los españoles admiten usar incentivos. El 60% de los progenitores alemanes, acepta que usa alguna de estas tácticas, y solo poco más del 25% lo hace en Reino Unido.


Pero a pesar de lo complicada que es esta tarea, no todo es tan malo. El sondeo reveló que el 96% reconoce que disfruta viajando en auto con los más pequeños.
Muchos señalan que lo que más les gusta de los trayectos en familia es poder hablar con ellos. Además de ir cantando a viva voz juntos y escuchar canciones, lo más entretenido del recorrido son sus observaciones, inocentes y extrañas, sobre el mundo.
En definitiva, el mal rato, las prisas y los tacos valen la pena al escuchar su risa.
Y, ¿cómo es tu rutina para subir a l@s peques al auto?