Reutilizar y dar nueva vida a cosas que podrían haber terminado su vida útil; es lo que muchos creadores buscan hoy. Y así lo hicieron 22 estudiantes holandeses de la Universidad Tecnológica de Eindhoven, que no se les ocurrió nada mejor que -sólo con residuos- fabricar un auto.


Luca es el nombre del pequeño coupé eléctrico, que demoró 18 meses en construirse; en su desarrollo también participaron numerosas empresas que ayudaron con varios materiales necesarios para su fabricación.
“Con este automóvil, queremos demostrar que los desechos son un material valioso, incluso en aplicaciones complejas como un automóvil”, dijo el miembro del equipo Matthijs van Wijk.
Desechos en cada esquina del auto
El exterior está fabricado de fibras de lino combinadas con varios plásticos, incluido el plástico de desecho extraído del océano, botellas de PET y ABS reciclado, según detalló el sitio NextWeb.
Y no solo eso, también su potente color amarillo ¡no es pintura!; se trata de una envoltura hecha de material reciclado.
En lo que respecta a la confección del vidrio, sigue la misma línea sustentable del resto del vehículo.


Si nos vamos a su interior, los asientos están fabricados con cáscara de coco y crin de caballo, envueltos en PET reciclado.
En su totalidad, el modelo pesa 360 kilogramos, mientras que sus baterías suman 60 kg más.
Luca alcanza una velocidad máxima de 90 km/h y ofrece una autonomía de 220 km. Esto gracias a dos motores eléctricos que accionan las ruedas traseras.
Desde la casa de estudio de los creadores señalan que esta eficiencia es equivalente a un consumo de 180 kilómetros por litro en un vehículo a gasolina.
Por ahora, este pequeño auto no tiene los permisos necesarios para circular por la vía pública, pero los estudiantes están a la espera de la aprobación que permita a Luca andar por las calles.

