Parte de este facelift del Opel Crossland, se presenta a nivel exterior, con nuevos elementos que lo hacen lucir mucho más audaz y con mayor presencia. Pero ahora vamos a conocer más detalles de lo que ocurre al interior de este SUV compacto.
El habitáculo no presenta mayores cambios, manteniéndose elegante y sobrio, con predominio del tono negro con detalles cromados en diferentes sectores, lo que hace un juego bien logrado a nivel de diseño, sin pretensiones pero ofreciendo un interior que luce agradable a la vista y siempre apuntando a lo funcional.
Así, encontramos un sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil 7’’ que permite conexión Apple Carplay y Android Auto; es bien simple en su uso, con funciones de fácil acceso, que cumple de buena manera y bastante intuitiva.
Bajo ella están los controles de la climatización dual que podemos operar por medio de perillas, o también es posible controlar a través de la pantalla principal. A continuación dispone de un espacio portaobjetos, donde también se encuentra el puerto USB y toma corriente; estos compartimentos también los encontramos en las puertas, al costado del freno de manos y entre los asientos delanteros.
Presenta una zona con diferentes botones, que permite acitvar/desactivar algunas funciones como el start/stop, control de estabilidad, sensores, etc.
En el puesto de conducción tenemos un volante forrado en cuero con diferentes controles, de audio, para contestar llamadas y control crucero (que viene de serie). Tras este, se encuentra el panel de intrumentos que incluye relojes análogos de diferentes tamaños y una pequeña pantalla digital al centro, con información relativa a conducción, como velocidad instantánea, autonomía, entre otras.
Así este Opel Crossland, si bien se aprecia simple en una primera impresión al entrar, rápidamente se vuelve un espacio ameno y confortable.
