A quién no le ha pasado que le viene el sueño al volante. Ya sea que te pesan un poco los ojos, o de plano te diste cuenta que se te cerraron, la fatiga al conducir es una realidad. Estas situaciones pueden ser muy peligrosas en un vehículo en movimiento. A continuación te dejamos algunos consejos para salir de la modorra cuando se está manejando.
Puede sonar un poco obvio, pero los conductores necesitan tener un descanso adecuado antes de subirse al auto, especialmente cuando son viajes largos.
Estar cansado cuando se está manejando aumenta el riesgo de una colisión, porque se está menos atento a lo que está pasando alrededor, comenta GEM Motoring Assist, una organización de seguridad vial. La habilidad para reaccionar se ve comprometida si se desarrolla una situación de riesgo. Por eso la fatiga al conducir puede ser un factor determinante en hasta el 20% de todas las colisiones en carretera, y en hasta el 25% de las colisiones mortales y graves, según los datos de la Royal Society for the Prevention of Accidents en Inglaterra.
Fatiga: el cuerpo siempre avisa
El director ejecutivo de GEM, Neil Worth, comenta: “Un accidente relacionado con el cansancio tiene un 50% más de probabilidades de provocar muertos o heridos graves, simplemente porque un conductor que se ha quedado dormido al volante es incapaz de reducir la velocidad o cambiar de dirección para evitar una colisión. Las consecuencias pueden ser devastantes”.
Quedarse dormido al volante se puede evitar fácilmente, pero es importante escuchar las señales del cuerpo antes de ponerse a cabecear. La fatiga al conducir se hace notar.
“Nadie se queda dormido simplemente, sin pasar por varias etapas reconocibles de cansancio y distracción”, explica Worth.
Algunas de estas señales son por ejemplo, dificultad para concentrarse en la conducción, es posible que se mueva nerviosamente, bostece constantemente y se frote los ojos con frecuencia.
“Cuando los niveles de fatiga son más graves, es posible que sus pensamientos se desvíen constantemente de la conducción, que se desvíe hacia la izquierda o la derecha, que reduzca la velocidad sin darse cuenta y que, de repente, descubra que no puede recordar nada de lo ocurrido en los últimos minutos”, agrega el director ejecutivo.
“En esta etapa, el rendimiento al volante está seriamente mermado y es vital que se detenga en algún lugar seguro lo antes posible. Una siesta y/o una bebida con cafeína pueden ser una solución a corto plazo. Eso sí, nunca deben utilizarse como sustitutos aceptables de un descanso adecuado”, complementa Worth.
Desde GEM comparten lo siguientes tips para reducir los riesgos de una colisión a causa de la fatiga:
- Tener una buena noche de sueño antes de salir a un viaje largo.
- Mejor no adentrarse en la noche con la conducción. Evitar manejar en horas cuando se supone que hay que estar durmiendo.
- Evitar comidas pesadas en los viajes, especialmente al almuerzo, porque pueden aumentar la somnolencia en la tarde.
- En viajes largos, tomarse un descanso de al menos 15 minutos cada dos horas o cada 160 km. En las paradas salir del auto, hacer algo de ejercicio, elongar o caminar hacen bien. Tomar una o dos bebidas con cafeína para mejorar el estado de alerta.
- Uno sabe cuando la fatiga comienza a afectar, no llega por sorpresa. En ese caso, lo mejor es resistir esa necesidad de seguir conduciendo, y tomarse un break como la gente.